jueves, 4 de julio de 2013

La educación emocional y los niños



La educación emocional se desarrolla mejor durante la infancia, época en la cual, la información se aprende a través del ejemplo.
Durante este periodo crítico de aprendizaje, los niños establecen sus actitudes, pueden considerarse buenos o malos, hábiles o torpes, felices o infelices, etc. También en esta etapa, los niños adquieren hábitos emocionales que coinciden con la visión que tienen de ellos mismos, ser comportan siguiendo ciertas líneas y son tomados por los adultos como tales.

La mayor parte de modelos de conducta, se aprenden de los padres y las demás personas que rodean al niño, conllevando a un determinado tipo de conducta cuya duración dependerá del tratamiento que se le de. En el cual, si los padres son maduros e inteligentes emocionalmente, el niño recibirá mensajes positivos que le permitan entender las consecuencias de sus conductas y por qué estas son o no favorables ; en caso contrario, si se es inmaduro emocionalmente probablemente se recurra a métodos tales como los gritos o agresiones físicas para corregirlos.

Los niños se irán formando en la madurez emocional a medida que los padres la enseñen y la practiquen con ellos, tales como abrir el corazón, evitar los juegos de poder (abusar de la autoridad, maltratarlos y manipularlos a través del miedo), ser sinceros, evitar el control excesivo (ser rígido), comprender los temores de los niños, alentar los recursos emocionalmente cultivados, enseñarles autodefensa emocional (decir lo que le gusta o desagrada – asertividad) y ser paciente.

Además, los padres deben tener siempre presente, que los niños aprenden poco a poco y que ellos son la principal fuente de información, es allí donde radica la importancia de formarse y educarse para poder adquirir una mejor madurez emocional, que les permita transmitir todo ello a sus hijos, habilidades que no sólo le servirán  para toda la vida.

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