jueves, 6 de diciembre de 2012

'Oponerse a la educación en casa delata una mentalidad totalitaria'

Entrevista a José Pérez Adán, profesor de sociología de la Universidad de Valencia.  

En Chile el caso es muy similar, por eso compartimos esta interesante nota.

Fuente Original: La Gaceta


En algunas familias que practican el ‘homeschooling’ existe cierto miedo a que la Administración actúe ilegítimamente contra ellos

La Universidad Complutense acoge desde ayer el III Congreso Nacional sobre Educación en Familia que reúne a durante dos días a expertos jurídicos, docentes y psiquiatras, del que José Pérez Adán, profesor de sociología en la Universidad de Valencia, es impulsor.

P: ¿Cuántos hogares españoles se ocupan en exclusiva de la educación de sus hijos? 
R: Entre 2.000 y 3.000. No lo sabemos con exactitud porque en algunas familias que practican el homeschooling existe cierto miedo a que la Administración ilegítimamente actúe contra ellos. Hemos tenido algunos casos desafortunados de administraciones educativas en Galicia, País Vasco y Granada. 
–¿Quién suele ganar la batalla? 
Afortunadamente son muchos más los en que los tribunales han dado la razón a las familias que en los que les han puesto algún tipo de inconveniente.
–¿Como cuál? 
Incluso amenazas de privarles de la patria potestad. Esto es un abuso y es incomprensible que ocurra en el siglo XXI. Sobre todo cuando la marcha del progreso va por ahí. Es algo plural y que nos enriquece a todos porque es apostar por la confianza y por la libertad en la gente.
–¿En qué países se permite a las familias elegir? 
En Europa se acepta en Inglaterra, Francia y Portugal. No se permite en Alemania y el resto de los países hay como un vacío legal en los que ni se deja ni se prohíbe, como en España. En EE UU hay más de dos millones de personas educando a sus hijos en casa y en la historia de la humanidad hay infinitud. Einstein, por ejemplo, fue educado en casa.
–La actitud oficial del estamento educativo es claramente hostil a la educación de los hijos en casa, ¿A qué cree que se debe? 
De cierto tipo del estamento educativo. En el congreso hemos tenido muchísima gente de la facultad de pedagogía y muchos de los padres de los que hacen homeschooler son maestros y trabajan en centros públicos. En el ámbito educativo hay cierto lastre totalitario. Hay personas que quieren cambiar el mundo cambiando las mentes de los hijos de los demás y que aspiran que la educación sea el medio para conseguir la igualdad. Esa mentalidad criptototalitaria que todavía anida en ciertos sectores en el ámbito educativo es lo que está lastrando que en muchos países la educación en familia se reconozca como es. 
–¿Cuáles son las ventajas del ‘homeschooling’? 
No hay opciones mejores y peores. Los resultados que obtienen suelen ser superiores a la media, gracias a métodos de aprendizaje más personalizados, como el aprendizaje conversacional. 
–¿Qué le diría a los que aseguran que impide la socialización de los niños? 
La experiencia demuestra lo contrario. Son los que más participan en actividades solidarias, están muy integrados en actividades culturales y deportivas e integran muchas de las asociaciones civiles. 
–¿Cualquier padre puede educar en casa? 
Solamente el que sabe leer puede enseñar a leer. Hoy en día el nivel medio educativo ha crecido muchísimo y todo el que ha pasado por la universidad puede hacer homeschooler. Más que tener la capacidad, que eso se da por supuesto, lo que hace falta es tener la motivación.
–¿Por qué se elige esta opción? 
Uno de los motivos que mueven a muchos padres a convertirse en homeschooler suele ser desarrollar las capacidades concretas de los hijos
–¿Confía en que este modelo educativo sea finalmente regulado en el Estado español? 
No me cabe duda de que va a ser reconocido en un futuro próximo. Cuanto más pronto sea muchísimo mejor porque evitará muchísimo sufrimiento a muchas familiar. Es de desear que la legislación que facilite ese reconocimiento sea moderna, adecuada a la realidad social del país y que escuche a la gente que está haciendo homeschooler ahora, que son, en la mayoría de los casos, familias heroínas.